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El Esequibo: Venezuela defiende su soberanía frente al saqueo imperialista

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Vladimir Padrino López, ministro de Defensa de Venezuela.

Mientras Guyana, en complicidad con transnacionales y potencias occidentales, avanza en la explotación ilegal de recursos en el Esequibo, Venezuela reafirma su derecho histórico sobre el territorio y denuncia las maniobras neocoloniales.

El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, ratificó este jueves el carácter sagrado e histórico del Esequibo como territorio venezolano, reafirmando la disposición de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) para defenderlo «hasta con las uñas». Sus declaraciones se producen en respuesta a la llegada del buque FPSO One Guyana, operado por ExxonMobil en aguas en disputa, un acto que Caracas denuncia como ilegal y parte de una estrategia orquestada por intereses extranjeros para despojar a Venezuela de sus recursos naturales.

El Esequibo: una disputa fabricada por el imperialismo

La reclamación venezolana sobre el Esequibo no es caprichosa, sino que se sustenta en el Acuerdo de Ginebra de 1966, que reconoce la controversia territorial y establece mecanismos para su solución pacífica. Sin embargo, Guyana, respaldada por Estados Unidos y corporaciones como ExxonMobil, ha optado por ignorar este marco legal, avanzando en la explotación petrolera de la zona sin esperar un fallo definitivo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Esta actitud no es más que la continuación de un histórico patrón colonial: potencias extranjeras aliadas con gobiernos locales débiles para saquear los recursos de naciones soberanas.

El descubrimiento de yacimientos petroleros en el Esequibo en 2015 desató una nueva fiebre por el control del territorio, con Guyana otorgando concesiones a ExxonMobil en clara violación del derecho internacional. La presencia del buque One Guyana no solo es una provocación, sino un intento de crear hechos consumados que favorezcan a intereses corporativos mientras se judicializa el conflicto. Venezuela, por su parte, ha mantenido una posición firme: no reconocerá ninguna explotación ilegal y defenderá su soberanía mediante todos los mecanismos legales y diplomáticos disponibles.

Venezuela frente a la maquinaria neocolonial

La defensa del Esequibo no es solo una cuestión territorial, sino un acto de resistencia contra el imperialismo. Padrino López recordó las «maniobras fraudulentas de 1899», cuando un tribunal arbitral, bajo influencia británica, despojó a Venezuela de gran parte de su territorio. Hoy, el esquema se repite: Guyana, antigua colonia británica, actúa como punta de lanza de corporaciones estadounidenses para apropiarse de recursos que, por historia y derecho, pertenecen al pueblo venezolano.

El gobierno de Venezuela ha advertido que las empresas involucradas en la explotación ilegal del Esequibo enfrentarán acciones legales, pero la batalla no es sencilla. ExxonMobil cuenta con el respaldo político y militar de Washington, que históricamente ha utilizado tribunales internacionales y sanciones económicas para someter a países que desafían sus intereses. Sin embargo, la postura de Caracas refleja un principio irrenunciable: la soberanía no se negocia, y menos aún cuando está en juego el futuro de un territorio rico en petróleo, minerales y biodiversidad.

La lucha por el Esequibo es un símbolo de la resistencia latinoamericana frente al neocolonialismo. Mientras Guyana y sus aliados occidentales buscan consolidar un despojo mediante presiones económicas y judicialización del conflicto, Venezuela insiste en la vía diplomática y legal, aunque sin descartar su derecho a la legítima defensa. La comunidad internacional, en lugar de ser cómplice del saqueo, debería exigir el respeto al derecho internacional y evitar que otra nación sufra las consecuencias de la ambición corporativa disfrazada de legalidad. El Esequibo es y seguirá siendo venezolano, no por capricho, sino por historia, justicia y soberanía.