Home POLÍTICA EE.UU. renueva su embajada en Perú: ¿Intervencionismo o simple rotación diplomática?

EE.UU. renueva su embajada en Perú: ¿Intervencionismo o simple rotación diplomática?

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La salida abrupta de la embajadora Syptak-Ramnath, designada por el ex-gobierno de Biden, y su reemplazo temporal por una funcionaria de carrera, reabre el debate sobre los verdaderos intereses de Washington en la región.

En un movimiento que muchos analistas interpretan como un reacomodo geopolítico, el gobierno estadounidense ha decidido retirar a su embajadora en Perú, Stephanie Syptak-Ramnath, apenas 10 meses después de su llegada al país. La diplomática, cercana al círculo de Joe Biden, anunció su partida mediante un escueto mensaje en redes sociales, citando los «procedimientos estándar» ante cambios de administración. Sin embargo, fuentes cercanas al servicio exterior peruano sugieren que su salida podría estar relacionada con las tensiones generadas por su abierta crítica a las políticas internas del Congreso peruano, particularmente su oposición a la llamada «ley anti-ONG».

Una diplomacia de doble rasero

Durante su breve gestión, Syptak-Ramnath no ocultó su descontento con iniciativas legislativas peruanas que, según ella, «limitaban el trabajo de la sociedad civil». Sus declaraciones, interpretadas por muchos como una intromisión en asuntos soberanos, generaron malestar en sectores políticos nacionalistas. «Es curioso cómo Estados Unidos exige transparencia a otros países, mientras su propia historia está llena de injerencias en América Latina», comentó un analista político que pidió reserva de su nombre. Su reemplazo temporal, Joan Perkins, es una funcionaria con amplia experiencia en la región, incluyendo misiones en Haití y Paraguay, países que han sufrido históricamente la influencia de Washington.

¿Nuevo rostro, misma agenda?

Aunque el Departamento de Estado insiste en que se trata de una rotación rutinaria, el cambio se produce en un momento clave para la relación bilateral. Perú sigue siendo un aliado estratégico en la lucha contra el narcotráfico, pero cada vez son más las voces que cuestionan los verdaderos motivos detrás de la cooperación estadounidense. «Hablan de democracia y derechos humanos, pero sus embajadas en la región han sido históricamente centros de operaciones políticas», señaló un exdiplomático sudamericano. Mientras Perkins asume temporalmente el cargo, muchos se preguntan si su nombramiento definitivo traerá un enfoque más respetuoso de la soberanía peruana, o simplemente será otro capítulo en la larga historia de intervencionismo disfrazado de diplomacia.