Cantante ecuatoriano conocido como “La voz y el sentimiento de América” estuvo en Lima y en exclusiva conversó con Diario Uno y La Última Digital
Texto y fotos: Kevin Eneque
En entrevista exclusiva el cantante ecuatoriano Segundo Rosero, conocido como “La voz y el sentimiento de América” estuvo en nuestro país y nos conversó de sus canciones, el proyecto de llevar su vida a las pantallas, el amor y la industria musical. Además, su secreto para no marearse con la fama y mantener el cariño del público en casi cincuenta años de vida artística.
-Estimado Segundo Rosero, ¿cuándo empezó su romance con el Perú?
Yo pisé por primera vez este sagrado suelo en el año 1990. Recuerdo que Lima estaba “empapelado” por la campaña política presidencial del partido Cambio 90 de Fujimori. Han pasado desde entonces 35 años.
-¿Cómo ha logrado llegar y mantener el cariño del público?
Mi música tiene el don, el privilegio y la bendición de haber pasado generaciones del tiempo y traspasar fronteras, eso es muy importante para los artistas. Son casi cuatro generaciones que siguen mis canciones, desde abuelos, padres, hijos y nietos. Fíjese que tengo seguidores de 15 años, a los que llamo mis nuevos vagabundos, borrachos y locos (risas)
SEGUNDO ROSERO Y SU HISTORIA MUSICAL
-En casi 50 años de carrera, ¿cuántas canciones ha grabado?
Debo tener más de 500 canciones. Lamentablemente de esta cifra muchos temas no se lograron rescatar y pasar del vinilo a lo digital. De los 500 temas, en más de 300 discos soy el autor, compositor y arreglista. Además, tengo la suerte de cantar canciones de grandes compositores de Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, Argentina, México y otros países de Latinoamérica.
-¿Qué lo inspira a escribir tan sentidas letras?
Nunca hice canciones para el comercio ni para vender y menos para que me consideren un ídolo. Las letras de mis canciones son vivencias propias e historias de gente que me enviaba cartas contándome su vida. Además del amor, también le he cantado a la ingratitud, la distancia y toda reflexión que tenemos en la vida.
-¿Cómo ha manejado el éxito y la fama sin marearse en el camino?
No he sido un santo, pero tampoco un demonio (risas). Un día puedo compartir un almuerzo en un restaurante cinco estrellas y al día siguiente estar en un comedor popular, y en ambos estoy a gusto. La fama no me ha pasado factura porque soy una persona inteligente, y la gente inteligente no nos pasa nada.
-¿Cómo va el proyecto de llevar su vida a una serie?
Después de la pandemia inicié conversaciones con Netflix, pero sin llegar a ningún acuerdo. Eso de llevar la vida a las pantallas es muy delicado, considerando que las productoras manejan y exageran para crear morbo, tal como sucedió con Luis Miguel, Vicente Fernández y Julio Jaramillo, a quien lo presentaron como mujeriego, borracho y sinvergüenza. En caso no se concrete con una productora particular el proyecto, voy a hacerlo con mi propia productora.
EL AMOR Y EL MOMENTO ACTUAL DE LA MÚSICA
-Para Segundo Rosero… ¿qué es el amor?
El amor es uno de los sentimientos más grandes del ser humano, a través del cual se expresa todo lo bueno, todo lo hermoso a la pareja y se le conoce como: Amor sublime. Asimismo, me decía un amigo sacerdote, existen otras dos manifestaciones de amor. El amor filial, aquel que se brinda a los padres, hermanos y amigos. Y el amor infernal, ese que lleva a muchos a amar el dinero y las cosas materiales.
-¿Qué cantantes han influenciado en su carrera?
Mi afición por la música empezó desde muy niño. La abuelita que me crió, era melómana y escuchaba los boleros de Jorge Negrete, Pedro Infante, Los Panchos y Javier Solís. Los pasillos de Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas. Asimismo, la música criolla peruana de Los Embajadores Criollos, Los Dávalos, Carmencita Lara, Lucho Barrios y la Pastorita Huaracina.
-¿Por qué ya no salen canciones como las que usted compone?
Porque la industria musical se ha monetizado, se persigue solamente lo económico. El hecho de que Bad Bunny sea declarado “compositor y artista más sobresaliente del siglo”, ahí nos damos cuenta de ver en qué tiempo y en qué mundo estamos. Un gran pensador decía: llegará el tiempo las maquinas nos gobernarán y la mente humana pasará a ser obsoleta. Muestra de ese vaticinio es hoy en día la inteligencia artificial.
Ping pong con Segundo Rosero
–Pimampiro…
Es el pueblito ecuatoriano donde nací. Significa Mesa de piedra y la UNESCO la ha nombrado: “Pueblito mágico”.
-¿Campo o playa?
Prefiero el campo, yo soy de origen campesino.
-¿Qué tema peruano le hubiera gustado cantar?
La Flor de la Canela, pero con Chabuca Granda.
-¿Qué cantantes peruanos admira?
Yo he sido admirador de los grandes músicos de ayer como Max Castro, William Luna, Los hermanos Gaytán Castro, la Pastorcita Huaracina y Rafael Otero López (autor de Ódiame). Y de la música de hoy, me gusta el grupo 5, Armonía 10, Agua Marina, Gianmarco y al gran tenor Juan Diego Flórez, además de las mujeres que hacen salsa. Y es que el Perú siempre ha destacado por hacer buena música.
-¿Un deseo?
Que mi hijo Markos Rosero siga firme en su carrera, es mi legado.
-¿Cuál sería su epitafio?
Cuando uno llega al corazón del pueblo, jamás muere.
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