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Se acabó la mamadera:ONG y varios medios de comunicación en pánico por recorte de fondos de USAID

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POLÍTICOS Y ACADÉMICOS CAVIARES TAMBIÉN PREOCUPADOS POR NUEVA POLÍTICA YANQUI. TENDRÁN AHORA QUE TRABAJAR.

La reciente suspensión de operaciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha generado una
profunda preocupación en el Perú, debido al impacto que esta medida podría tener en el financiamiento de diversas organizaciones no
gubernamentales (ONG) y medios de comunicación locales que dependen de su apoyo.
En el año fiscal 2024, la cooperación estadounidense desembolsó aproximadamente 134.5 millones de dólares en el Perú, de
los cuales 117 millones fueron canalizados a través de USAID. Estos fondos se destinaron a áreas prioritarias como salud, educación, medio ambiente y fortalecimiento institucional.
La suspensión de los recursos de USAID pone en riesgo la continuidad de diversos programas, pero afecta sobre todo a cierta fauna de políticos, académicos y medios de comunicación caviares que dependen de ellos y que, por diversas razones, han querido ocultar esta fuente de financiamiento.
Por ejemplo, varias ONG peruanas han dependido históricamente del financiamiento de USAID para llevar a cabo sus proyectos.
Entre ellas se encuentran el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) o Fundación Tribu, Lundu y Fraternidad Transmasculina. También figuran medios de comunicación digitales como Epicentro, de la colombiana vizcarrista Clara Elvira Ospina, y La Encerrona, del periodista Marco Sinfuentes, que desde algún cuartito de Madrid, España, pretende imponer la agenda política del país.
No llama la atención que en la lista figuren el Jurado Nacional de Elecciones y la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), encabezada por Piero Corvetto Salinas, amigo del sociólogo Fernando Tuesta Soldevilla, una institución caracterizada por ser baluarte de los caviares y algunos conversos. Aparece en la relación la Asociación Civil Transparencia y otras instituciones menores.
Igualmente aparece el portal Ojo Público, de la experiodista de El Comercio, Nelly Luna Amancio, y la Fundación Mohme, según lo informó el periodista Paola Benza, en su noticiero La Contra, revelación que originó un cargamontón mediático —propio de la caviarada peruana— en redes sociales.
Estas organizaciones, dedicadas a la investigación social, la defensa de los derechos humanos y el desarrollo comunitario, podrían enfrentar serias dificultades financieras ante la suspensión de los fondos de USAID.
Estos medios de comunicación peruanos han recibido apoyo financiero de USAID para promover supuestamente el periodismo independiente y la investigación, pero en la práctica no es así, pues sus agendas respaldan posiciones contrarias al Estado peruano.
La decisión de la administración Trump de suspender las operaciones de USAID ha generado críticas tanto a nivel nacional
como internacional. Algunos argumentan que esta medida responde a una agenda política que busca reducir la influencia de programas que promueven agendas sociales liberales.
El cierre del sitio web de USAID y la incertidumbre sobre el futuro de la agencia han incrementado las preocupaciones sobre el impacto en los programas de ayuda en países como el Perú.
El impacto de la suspensión de USAID en el Perú no se limita al ámbito financiero. La interrupción de programas de desarrollo y asistencia técnica podría retrasar avances en áreas críticas como la salud pública, la educación y la protección del medio ambiente. Además, la reducción del apoyo a medios independientes podría afectar la calidad y diversidad de la información disponible para la ciudadanía. Ante este panorama, las ONG y medios de comunicación peruanos deberán explorar nuevas estrategias para garantizar su sostenibilidad. Es decir, van a trabajar (algo difícil para algunos). Esto podría incluir la diversificación de fuentes de financiamiento, el fortalecimiento de alianzas con otras organizaciones internacionales y la búsqueda de apoyo en el sector privado.
POLÍTICOS EN CRISIS
Tampoco es secreto que numerosos políticos se refugian en las ONG luego de sus fracasos electorales, como es el caso de Verónica Mendoza, eterna postulante presidencial. Salvador del Solar o Marisa Glave forman parte de ese elenco que se pretende erigir como la reserva moral peruana y son apenas el reservado del país.
Otros como la excongresista y exministra Marisol Pérez Tello, que avaló el lesivo acuerdo con Odebrecht en perjuicio del Estado peruano; el exministro Carlos Basombrío o el exparlamentario Gino Costa, que respaldó el golpe de Martín Vizcarra, igualmente medran en estas organizaciones y se muestran como lo que alguna vez escribió Mario Vargas Llosa de estos comportamientos: Intelectuales baratos.