Los cientos de pacientes que acuden diariamente al área de terapia y rehabilitación física del Hospital Ricardo Cruzado Zavala (Nasca), enfrentan problemas para ser atendidos, no solo por la falta de citas sino también de equipos para su tratamiento y recuperación.
Han pasado nueve meses desde la misteriosa desaparición de un monitor biomédico multiparámetro, en que se encuentra involucrado un trabajador del nosocomio y hasta ahora no pasa absolutamente nada pese a la existencia de un video que registra el hecho ocurrido el 14 de enero pasado.
A ello se suma el informe del coordinador del servicio de emergencia, Christian Cordero Hernández quien reportó de la sustracción a la jefa de enfermeras Sandra Chuquihuaccha, indicando que el monitor se encontraba empotrado en área de rehabilitación.
Asimismo, el trabajador revela que llamó al propio director del nosocomio de ese entonces, Hans Panta y le pidió que “resguarde las cámaras de seguridad” a fin de dar “con los responsables de dicho robo”.
En el video de las cámaras de seguridad del hospital, se observa a un hombre, con uniforme y gorra azul, saliendo de un ambiente y llevando una bolsa en cada mano.
Ante el descuido de la seguridad, sale a la calle, camina uno 100 metros e ingresa a un local en donde deja las bolsas y regresa caminando al nosocomio e ingresa a la oficina de donde salió. Todo en menos de dos minutos.
Ante estas evidencias la dirección del hospital abrió proceso administrativo disciplinario al trabajador Didier Salomón Motta Rojas, quien hace poco fue elegido como dirigente sindical y recomendó su destitución, pero quien se encargaba del proceso desistió del mismo.
Mediante resolución del 29 de abril, de la Diresa Ica, se declaró procedente la solicitud de abstención presentada por el director del hospital y designó a un reemplazante, pero el caso sigue aún sin solución.
Entre tanto, los pacientes demandaron mayor celeridad en las investigaciones y la reposición del equipo para recibir una atención más eficiente.