Home POLÍTICA Congresista Darwin Espinoza llama “chisme barato” a su escándalo familiar

Congresista Darwin Espinoza llama “chisme barato” a su escándalo familiar

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AMENAZA A LA PRENSA, pero no responde sobre presunta pelea entre su esposa, Bélgica Arangoitia y su ‘asistente’ Stefania Cuya.

En medio de un creciente escándalo, el congresista Darwin Espinoza mostró una postura combativa durante una rueda de prensa en la que fue confrontado sobre una presunta pelea entre su esposa, Bélgica Arangoitia, y Stefania Cuya, una trabaja- dora que ha estado vinculada
Espinoza, lejos de ofrecer explicaciones claras, optó por negar rotundamente los hechos y arremetió contra los medios de comunicación, en particular contra el canal Latina, al que acusó de “malinformar” y “hablar estupideces”.
Su airada reacción incluyó amenazas de tomar acciones legales, lo que evidenció su incomodidad frente a las acusaciones que lo rodean.
El incidente entre Arangoitia y Cuya, según reportes de la televisora, ocurrió en las instalaciones del Congreso de la República y requirió la intervención de la seguridad parlamentaria.
Este conflicto no es un hecho aislado, sino que se
enmarca en un contexto de supuestos intercambios de favores dentro del Congreso, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la ética y la transparencia en las prácticas del legislador
de Acción Popular.
La confirmación del altercado por parte de la seguridad del Parlamento y las declaraciones de otros congresistas han aumentado la presión sobre Espinoza, quien se ha visto envuelto en múltiples controversias, incluyendo el uso indebido de recursos públicos para avanzar en sus ambiciones políticas personales.
Lejos de calmar las aguas, la actitud desafiante de Espinoza ha encendido aún más las alarmas sobre su conducta, tanto dentro como fuera del Congreso.
La posibilidad de que la Comisión de Ética inicie una investigación en su contra es cada vez más real, mientras las evidencias de manejos cuestionables en su despacho continúan acumulándose.

DATOS:LA FALTA de transparencia, y la tendencia a culpar a la prensa por la exposición de estos hechos, solo contribuyen a deteriorar aún más la imagen del congresista, cuya respuesta agresiva refleja una falta de control y una incapacidad para manejar las críticas que surgen de su propio accionar.