Resultados reales, no show.
Publicado el 09/11/2025
Hace unos días fui a cortarme el cabello en el lugar de siempre, pero cuando llegué no había nada dentro, el lugar estaba cerrado. Cuando por fin conseguí el número de la señora, me dijo que podía ir a mi casa para cortarme el cabello. Una vez en casa, le pregunté por qué se había ido de ese local, respondiéndome que la habían extorsionado, que había acudido a la policía y que nunca le hicieron caso, que hay muchos casos como el suyo en los que la policía no logra identificar a los extorsionadores.
Casos como este ya no son ajenos o lejanos a los ciudadanos como nosotros. La delincuencia organizada ha encontrado su nicho de negocio en las pequeñas peluquerías, en las bodegas, en los pequeños restaurantes, a quienes les exigen una cuota mensual a cambio de su vida y la de sus familias, aprovechando, claro está, la incapacidad del Estado para brindarnos seguridad.
Los ciudadanos, en la desesperación de no encontrar la protección del Estado, muchas veces terminamos aplaudiendo el show mediático sin resultados reales. En nuestra desesperación, una vez más levantamos ídolos de barro; pero la seguridad no llega hoy, ni mañana, ni nunca. El Estado nos vende humo y lo consumimos gustosos porque necesitamos creer que nuestros problemas serán solucionados, porque aún tenemos fe.
¿Qué tiene que hacer el Estado? Ser más organizado que las propias organizaciones criminales, trabajar con reparto de roles en la lucha contra la criminalidad, cortarle el oxígeno a las organizaciones criminales (comunicación, recursos económicos, socios estratégicos) y en consecuencia trasladarle el miedo a los delincuentes. Privilegiar mecanismos legales actuales e incentivos económicos que permitan la identificación de los miembros de las organizaciones criminales, sus fuentes de financiamiento y sus vínculos con otras organizaciones; y como consecuencia, permitan la desarticulación de estas organizaciones criminales.
La colaboración eficaz es uno de esos mecanismos legales que contribuiría a la desarticulación de las organizaciones criminales, para ello, se requiere que el Ministerio Público sea capacitado en este procedimiento especial de manera tal que pueda estructurar estrategias legales que le permitan un procesamiento célere y sólido que permita la condena de los delincuentes.
Las técnicas especiales de investigación como la videovigilancia, la interceptación de las comunicaciones y otras, también son fundamentales en la guerra contra las organizaciones criminales. Para ello se requiere un trabajo coordinado entre el Poder Judicial, el Ministerio Público y la Policía; evitando dilaciones innecesarias, evitando el vencimiento de plazos que terminan beneficiando a la delincuencia, y finalmente consiguiendo pruebas que brinden solidez al caso, logrando en consecuencia la condena del criminal.
Las buenas intenciones no son suficientes para lograr un cambio; se requiere de un trabajo estratégico, coordinado y con resultados tangibles. Los peruanos exigimos seguridad para nuestras familias, no un espectáculo.