Los caviares lo consiguieron, tienen a su muerto para justificar su plan glopista

Publicado el 16/10/2025

Los caviares lo consiguieron, tienen a su muerto para justificar su plan glopista

Ricardo Milla Toro

Lo advertimos hace días: los caviares harán de todo para conseguir muertos. Y lamentablemente así ha sido.

La caviarada instrumentaliza la indignación popular, la reconduce a sus intereses de clase, dejando de lado las consignas que impulsaron las marchas en un comienzo: reforma de las AFP e inseguridad ciudadana; todo para volver a tomar el poder gubernamental. La izquierda indefinida lleva al pueblo de furgón de cola de los intereses de la gran burguesía financiera. En el colmo de lo perverso, azuzan a los jóvenes para que sean carne de cañón y con unos muertos puedan justificar su golpe de Estado.

Digámoslo bien claro: la sangre derrama mancha las manos de los caviares, sobre Flor Pablo, Susel Paredes y Ruth Luque chorrea la sangre de los hijos del pueblo entregados cual ovejas al matadero.

La narrativa se va instalando, sin prueba alguna, la caviarada dice que fue un terna, cuando las imágenes muestran a un civil cualquiera disparando, cuando los videos mostraban a ternas solo para detenciones y siempre rodeados de uniformados. Así mienten y manipulan a la población con operaciones psicosociales de manual. Esta narrativa tiene como finalidad única sacar a Jerí del cargo para poner a uno de ellos en su lugar.

Se tiene que investigar para esclarecer los hechos, hechos ocurridos en circunstancias muy obscuras y sospechosas. Pudo haber sido un sicario pagado por los grandes bancos. E incluso en el extremo que haya sido un policía el asesino, se le debe de sancionar con todo el peso de la ley. La muerte de un joven peruano no debe quedar impune.

No obstante, tal crimen no puede ser atribuido al presidente Jerí. Él no es responsable de lo que un sicario o un policía irresponsable hagan. Jerí tiene que resistir, no debe ceder ante el chantaje caviar. Así mismo, la Mesa Directiva del Congreso tampoco debe ceder, tiene que mantenerse firme ante esta intentona golpista de la izquierda liberal.

La muerte de un joven pesa ahora sobre aquellos que instigaron a la población a una marcha que ya no levantaba las banderas de lucha que le dieron vida sino bajo el vacío, absurdo y estúpido «Que se vayan todos». Detengamos esta vorágine de violencia y muerte, que es lo que exactamente quieren los izquierdistas ultristas que promueven estas marchas, pues solo desean promover y aumentar el caos para que la crisis termine por colocar a uno de su bando en Palacio.

¡No permitamos un golpe de Estado otra vez!