El mensaje: claro, directo, preciso y conciso
Publicado el 23/11/2025
La claridad es la virtud esencial de la comunicación. Para lograrla, el emisor tiene que pensar previamente en lo que quiere transmitir. Si él mismo no sabe a ciencia cierta qué quiere decir, es imposible que el otro lo adivine. Incluso teniendo las ideas claras, hay todavía una serie de escollos que es necesario superar como palabras mal elegidas, omisiones importantes, incoherencias, el uso de términos incomprensibles, la mala organización de las ideas, entre otros. Caer en cualquiera de ellos puede complicar la comprensión e inclusive transformar un mensaje.
La mejor manera de explicar algo es con ejemplos porque estos hacen aterrizar el discurso. En los talleres que dirijo, siempre que siento que los conceptos solos son insuficientes, exijo a mis alumnos que den ejemplos.
Tampoco ayuda a la claridad del mensaje el uso de un lenguaje encriptado o técnico ni el uso de siglas y términos en lenguas extranjeras. Hablar y escribir “en fácil”, como para que lo entienda cualquier adulto, debería ser un firme propósito de mejora en las empresas. Todos los trabajadores deberían esforzarse por usar un lenguaje simple, tanto entre ellos como con los clientes.
Preciso se refiere a rigurosamente exacto. Es esencial tener en cuenta la precisión a la hora de emitir mensajes debido a que así el interlocutor se ahorra mucho trabajo y se evitan malentendidos que pueden traer graves consecuencias.
Cuando lo que se desea comunicar se expresa libre de adornos, con la frase precisa y sin abusar de verbos en condicional como “Mis honorarios ascenderían a tanto”, “Te escribo porque quisiera decirte lo siguiente” u otras que denotan debilidad en el propósito, el mensaje tiene más posibilidades de ser entendido y aceptado. ¿Por qué no somos capaces de decir con firmeza “Mis honorarios ascienden a tanto” o “Te escribo para decirte lo siguiente”? ¿O “Necesitamos que tengas listo el informe para mañana a las 8:00 a. m.” en vez de “Ojalá puedas terminarlo para mañana temprano”? Porque ser firme parece impositivo y descortés cuando no tiene por qué ser así.
Uno puede hablar con firmeza y claridad sin dejar de ser amable. ¿Qué de descortés tiene decir “¿Comprendo tu punto de vista, pero no estoy de acuerdo” en vez de un confuso “Sí pero no”? La comunicación directa ahorra tiempo y malentendidos, aparte que genera un clima de trabajo libre de indirectas, críticas por la espalda y una serie de malas costumbres que funcionan como telarañas que enrarecen el ambiente laboral.
“La mejor manera de explicar algo es con ejemplos porque estos hacen aterrizar el discurso.”