Demandamos defender el derecho de protesta y derogar leyes procrimen

Publicado el 24/10/2025

El Gobierno decretó el estado de emergencia en Lima y Callao, bajo el pretexto de combatir la inseguridad ciudadana. Sin embargo, en el contexto de las recientes movilizaciones —que ya han cobrado la vida de un manifestante a manos de la PNP— esta medida es percibida por amplios sectores de la población como un mecanismo para acallar y criminalizar la protesta social con impunidad. La convocatoria nacional del 25 de octubre, impulsada por diversas organizaciones, se ve amenazada por esta estrategia autoritaria.

El asesinato de Eduardo Mauricio Ruiz Sanz, el 15 de octubre, nos recuerda las muertes que marcaron el inicio del régimen de Dina Boluarte. Hoy, el gobierno encabezado por José Jerí comienza igualmente manchado de sangre. Nada ha cambiado.

Los estados de emergencia han sido ineficaces para enfrentar la delincuencia. Solo han servido para militarizar la vida cotidiana y reprimir la legítima protesta social. Si el Ejecutivo quiere combatir el crimen organizado, debe empezar por derogar las leyes procrimen promovidas por el Congreso y refrendadas por la expresidenta Boluarte. 

Estas normas obstaculizan la colaboración eficaz y debilitan el trabajo de la Fiscalía y el Ministerio Público; dificultan el allanamiento de inmuebles vinculados a actividades ilícitas; benefician a los criminales al manipular los plazos de prescripción de los delitos; impiden la incautación de materiales utilizados en la minería ilegal; elevan los requisitos para confiscar bienes de origen ilícito, y dificultan el proceso de partidos políticos como organizaciones criminales.

Estas leyes favorecen la impunidad y consolidan un marco legal que protege a mafias enquistadas en el poder político y económico. La CGTP exige su derogación y convocamos al pueblo peruano a defender el derecho constitucional a la protesta, la organización y la resistencia frente a cualquier intento de silenciar nuestras voces.

La lucha por justicia, democracia y derechos no se detiene. ¡Ni un paso atrás!