Confianza sin cambios sustanciales
Publicado el 13/06/2025
El discurso para el voto de confianza del presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, ha sido ambicioso: un país con el crimen controlado, megaobras de infraestructura, trabajo para todos, entre otros, pero, a juzgar por lo mostrado durante este gobierno, es tan solo un reporte de buenas intenciones.
El aparato estatal y el Ejecutivo no han mostrado capacidad mínima. Con una desaprobación sin precedentes, la etapa final del gobierno de Boluarte se caracteriza por la improvisación, sus viajes infructuosos y los problemas legales que la perseguirán al dejar el cargo.
Se requiere un gobierno fuerte, con liderazgo, claridad de gestión y respaldo social, elementos hoy ausentes y que deberían construirse desde esta etapa preelectoral desde las bases.
En infraestructura, el destrabe de grandes proyectos se anuncia hace años, pero es una meta difícil, porque se necesita combatir la corrupción, diálogo social fructífero, vencer trabas burocráticas, superar deficiencias técnicas y disputas legales, entre otros.
En inseguridad ciudadana, las bandas criminales resurgen más rápido de lo que se desactivan. Algunas están coludidas con seudosindicatos que cuentan con apoyo político y policial, por lo que la extorsión sigue presente en obras. Una muestra es el explosivo dejado recientemente en la estación central de la línea 2 del Metro de Lima.
El aparato estatal, además, es lento. Un ejemplo es la decisión sobre la reducción del peso de la bolsa de cemento a 25 kilos para prevenir enfermedades en construcción civil. Empresarios y trabajadores están de acuerdo, pero el Gobierno aún no define si la norma lo debe emitir PRODUCE o el MTPE.
En resumen, los anuncios del gobierno son grandilocuentes, efectistas, pero los beneficios reales para la clase trabajadora —empleo digno, derechos respetados y participación en decisiones— siguen ausentes. Exigimos hechos.