El gobierno estadounidense reduce unilateralmente sus aranceles del 25% al 10% ante la presión global, evidenciando el aislamiento de su política económica agresiva. EE.UU. se niega reconocer el fracaso de su guerra arancelaria.
En un claro reconocimiento de su derrota en la guerra comercial global, la administración Trump ha iniciado negociaciones urgentes con 130 países para reducir aranceles, tras meses de amenazas fallidas y represalias económicas. Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, admitió este domingo en CNN que Washington ha rebajado unilateralmente sus tasas del 25% al 10%, una retirada estratégica que expone el fracaso de su política de «America First».
«Es casi un sistema de dos mundos: el caos con China y la rendición con el resto», declaró Hassett, intentando maquillar la capitulación de Trump ante gobiernos que resistieron sus medidas. La excepción sería China, donde —según el funcionario— el conflicto «sigue en etapas incipientes», aunque analistas señalan que Pekín mantiene su ventaja gracias a alianzas con la UE y el bloque BRICS.
Trump, el perdedor de su propia guerra
El anuncio confirma que la estrategia arancelaria de Trump colapsó bajo su propio peso: tras imponer gravámenes brutales, países como India, Japón y Corea del Sur respondieron con sanciones coordinadas que afectaron a exportadores clave estadounidenses, desde agricultores hasta tecnológicos. La medida más humillante llegó cuando la Unión Europea y Mercosur cerraron acuerdos bilaterales excluyendo a EE.UU., dejando a Trump sin margen de maniobra en su guerra arancelaria.
El «período de gracia» de 90 días y la reducción de aranceles al 10% —una cifra simbólica que iguala las condiciones previas a Trump— son un guiño desesperado para evitar una recesión en año electoral. «Es el mayor retroceso económico de Trump desde su llegada al poder«, afirmó un economista del Peterson Institute, recordando que ni siquiera aliados como Reino Unido o Australia aceptaron someterse a sus exigencias.
El doble discurso del proteccionismo
Mientras Hassett celebra «grandes ofertas» de países en desarrollo, omitió mencionar que India y Vietnam —dos de los principales objetivos originales— ahora negocian desde una posición de fuerza, aprovechando la debilidad del dólar y la diversificación de cadenas de suministro. «Trump subestimó la capacidad del mundo para organizarse contra el bullying económico», señaló una fuente del G77.
La retirada tácita de Washington confirma que el unilateralismo occidental está en crisis. Hasta la OTAN criticó en privado los aranceles, mientras Rusia y China aceleran su sistema de pagos alternativo al SWIFT. Con elecciones en noviembre, Trump intenta salvar su imagen, pero el mensaje es claro: EE.UU. ya no puede imponer reglas por decreto.