En otro lenguaje
Por: Jaime Asián Domínguez (*)
Hace unos días escuchaba una ponencia sobre “Ética e integridad en la función pública” y, mientras el expositor incidía en la descripción tangencial de ambos conceptos, mi mente se depositó en aquel ejemplo que con seguridad muchos de ustedes también han leído sobre el valor del ser humano, según el gran matemático y astrónomo persa Al-Juarismi. Y dice así:
Si tiene ética, entonces su valor es igual a 1. Si además es inteligente, agréguele un cero y su valor será igual a 10. Si también es rico, súmele otro cero y su valor será igual a 100. Si, por sobre todo eso, es además una excelente persona, agréguele otro cero y su valor será igual a 1000. Pero si pierde el 1, que corresponde a la ética, perderá todo su valor pues solamente le quedarán los ceros. Así de sencillo.
La moraleja, ya instalados en la precaria realidad nacional, en este Perú con mala suerte para elegir a sus autoridades, es que, sin valores éticos ni principios sólidos, lo único que albergamos son corruptos y avivatos, a los que solo les interesa estar prendidos de la mamadera y tener margen de acción para faenones en beneficio personal. “La integridad no se negocia”, reza una campaña estatal que no se condice con lo que ocurre en la política nuestra de cada día.
Por ejemplo, ¿de que ha servido la Comisión de Ética del Congreso de la República? En la mayoría de casos para blindar a sus colegas inmersos en alguna investigación ya que, en esos predios, bajo un falso espíritu de cuerpo, ‘otorongo no come otorongo’, ser ‘mochasueldo’ no necesariamente es un pecado y pasearse con la amante, en la semana de representación y utilizando dinero de todos los peruanos, tampoco.
Y, claro, en un clima como este, presto a que ese 1 de la ética se pierda constantemente, resulta más fácil que anide toda clase de delitos, como la coima, la extorsión, el chantaje y el robo al ciudadano emprendedor. Estamos llenos de peruanos y extranjeros que son un cero a la izquierda y que le hacen un terrible daño al país.
(*) Analista político y consultor de contenidos
“´La integridad no se negocia´”, reza una campaña estatal que n