El desborde popular que remece el Perú, que se inició con los pueblos de la macro región sur, expresa con total claridad la necesidad de profundos cambios en las relaciones de poder, una nueva República de Ciudadanos y una Nueva Constitución Política. Las visiones atadas a la colonialidad, la subordinación, traban e impiden reconocernos como sujetos de la historia.
Estamos entre dos salidas posibles, que confrontan: la del continuismo de una república financiera lobbysta apátrida, de grupos de poder minoritarios, instaurada por una constitución impuesta violentamente; y un nuevo ordenamiento del poder, de amplias mayorías aún no coaligadas, con democracia para todos en una república democrática ciudadana
Desde una perspectiva democrática afirmamos que para una superior unidad del bloque nacional y popular, en gestación, es indispensable asumir la nación integral como proyecto de comunidad de ciudadanos que forjan democráticamente una patria para todos; afirmar la república como esfera pública política con instituciones específicas representativas y participativas, no reducida a la presión gremial; y reconocer al pueblo ciudadano como depositario del poder, la que no se reduce a una clase social.
