Además de Israel, Japón se convierte en el segundo país en cerrar sus fronteras por la extensión infecciosa de la nueva variante del Sars-Cov-2.

Cada día más naciones de todo el mundo buscan mantener alejada a la nueva variante Ómicron con prohibiciones de viaje y restricciones.

Japón, que recientemente había flexibilizado viajes extranjeros a su territorio, retrocede radicalmente y ahora desde el 30 de noviembre sus fronteras únicamente estarán abiertas para el regreso de sus ciudadanos.

“Ante un posible empeoramiento de la situación hemos decidido prohibir las nuevas entradas desde todos los países del mundo como medida preventiva y urgente”, aseguró el primer ministro japonés, Fumio Kishida, a pesar de que aún no tienen contagios de Ómicron.

Hasta el momento, Ómicron ha sido detectada en Australia, Bélgica, Botswana, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Hong Kong, Israel, Países Bajos, Portugal, Escocia, Sudáfrica, Reino Unido, España y Suiza.

Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) aclara que aún falta más investigación sobre la nueva variante sudafricana, indica que “Ómicron tiene un número sin precedentes de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes por su impacto potencial en la trayectoria de la pandemia. Un riesgo global muy alto”, aseguró la OMS.

El documento de la OMS hace énfasis en que estas mutaciones están en la proteína S, “Spike” o espiga, que es la parte del virus en la que se enfocan la mayoría de las vacunas anticovid existentes.

DATO

El científico Richard Hatchett, director de Coalition for Epidemic Preparedness Innovations, una fundación que financia vacunas, afirma que Ómicron cumple con las predicciones de que la transmisión del virus en países con bajas tasas de vacunación aumenta su evolución.