
Un capítulo poco conocido en la historia peruana es la prisión que sufrieron un grupo de ocho diplomáticos peruanos durante la Segunda Guerra Mundial a manos de los nazis en la Francia ocupada y el papel que desempeñó una hermosa peruana como doble espía a favor de la causa de los aliados.
Esta historia, investigada y documentada por el abogado y especialista en Derecho Internacional Público Alexis Arévalo-Vergara acaba de ser publicada con el título de “Segunda Guerra Mundial. Diplomáticos Peruanos cautivos durante el régimen nazi. Estudió histórico y jurídico sobre la inmunidad diplomática”.
En la presentación del texto, Arévalo explica que después del ataque japonés a la base naval norteamericana de Pearl Harbor los países latinoamericanos, en solidaridad con el país del norte, rompen relaciones con las potencias del eje y la Cancillería ordena a los miembros de la legación peruana en la ciudad francesa Vichy retirarse a un país neutral para luego ser repatriados a Lima.
“Sin embargo la GESTAPO (policía política nazi), ya informada de esta acción, ordena a sus colaboracionistas franceses que (los peruanos) sean enviados como prisioneros de guerra al hotel alemán Dreesen en Bad Godesberg, donde fueron mantenidos desde febrero de 1943 hasta febrero de 1944 en una clara violación a la inmunidad diplomática que por costumbre y derecho les correspondía.”
VÍCTIMA
El duro cautiverio agravó el delicado estado de salud del ministro (embajador) y escritor Francisco García Calderón Rey, hijo del presidente prisionero durante la ocupación chilena y hermano del también escritor Ventura García Calderón, y ocasionó la muerte del periodista Emilio Ribeyro, agregado de prensa de la embajada peruana y tío del literato Julio Ramón Ribeyro.
“Lo que paso es que el ejercito nazi invadió Francia y la GESTAPO ordenó que todas las legaciones diplomáticas se retiren al sur, lo que contó con la colaboración del Mariscal Petain heroe de la Primera Guerra Mundial según dijo después por amor a Francia y que no quede sometida totalmente a los nazis.”
Arévalo, de tan solo 27 años, condecorado con las medallas institucionales de la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, en el grado de Caballero, y por el Instituto Sanmartiniano del Perú, en el grado de Comendador, pertenece asimismo a la Orden del Águila de Georgia, y a los Doce Linajes de Soria del Reino de España.
Relata que previamente el embajador García Calderón había proyectado viajar a Cannes.
Precisa que el diplomático tuvo una conversación con el Embajador de Mónaco quien le pidió el envió de los granitos blanco y rojo que traían suerte, en alusión a los huayruros y que el diplomático peruano pidió a Lima le envíen diez de estas semillas pero que todo se trunca cuando Francia en vez de otorgarles pasaporte los encierra en un vagón y los envían a a Vichy y posteriormente al hotel de Boon.
Por su parte, Fernan Altuve Febres, sobrino nieto de otro diplomático prisionero, expresó en la presentación del libro que el historiador Jorge Basadre, como director de la Biblioteca Nacional, imploró ayuda para esos diplomáticos pero no es escuchado con la urgencia que los casos requería pese a que el presidente Manuel Prado tenía un concuñado que también se encontraba preso.
NADA CON ALEMANIA
“Como la salud de García Calderón empeoraba lo hicieron atender con un veterinario y luego lo llevaron a Berna para posteriormente ser trasladado a Lima, luego que su esposa se comunicara con el escritor mexicano Alfonso Reyes. Aquí fue internado en una clínica donde falleció después.”
Altuve dijo que lo sucedido con los diplomáticos peruanos solo es una pequeña parte del poder de una filosofía demencial como el nazismo. “Este libro rescata del olvido a estos peruanos y sirve de antídoto para ideologías extremistas. Recuerdo a mi tía abuela Rosa Amalia Lores que tenía prohibido que se mencione delante de ella todo lo relacionado a Alemania por el daño causado a la familia con la prisión del pariente”.
En otra parte de su intervención, Arévalo recordó a la hermosa y doble espía peruana Elvira de la Puente Chaudoir, de seudonimo Bronx, quien era hija de un diplomático peruano.
“Ella alternaba con las aristocracias de las grandes ciudades europeas y se convierte en amante de los jefes nazis a quienes convenció de estar identificada con su causa, lo que ellos creyeron. La cosa es que mal informó a los nazis que las tropas británicas y estadounidenses desembarcarían en Biscaya al sur de Francia logrando desviar hacia ese lugar a quince mil hombres y lo que ocurrió es que las tropas aliadas lo hicieron en Normandía, logrando un importante triunfo”.
Denis Merino
Redacción