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José Jeri será el nuevo presidente del Perú

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A LOS 38 SE CONVIERTE EN EL SEGUNDO PRESIDENTE MÁS JOVEN DE LA HISTORIA DEL PAÍS

José Enrique Jerí Oré nació el 13 de noviembre de 1986 en el distrito de Jesús María, Lima. Abogado de profesión, obtuvo su bachillerato en Derecho en la Universidad Nacional Federico Villarreal en 2014 y su título de abogado en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega en 2015.
Su carrera profesional comenzó en el sector público regional, desempeñándose en el Gobierno Regional de Áncash, donde llegó a ser secretario general entre 2019 y 2020.
Militante del partido político Somos Perú desde 2013, Jerí ha ocupado diversos cargos internos, incluyendo la secretaría nacional de juventudes y la secretaría nacional de doctrina, capacitación y formación política. Su incursión en la política nacional se dio en las
elecciones parlamentarias de 2021, donde, tras la inhabilitación de Martín Vizcarra, asumió una curul en el Congreso de la República. Durante su gestión, ha sido presidente de la Comisión de Presupuesto en el periodo 2023-2024 y vocero de su bancada.
El 26 de julio de 2025,
Jerí fue elegido presidente del Congreso para el periodo 2025-2026, convirtiéndose en el titular más joven de la última década con 38 años de edad. En su discurso de asunción,
destacó la importancia de un Congreso proactivo, que escucha, dialoga y rinde cuentas, comprometiéndose a acercar la institución a las regiones y a legislar con enfoque
social y laboral.
Además de su labor legislativa, Jerí es reconocido por su defensa de los derechos de los animales, organizando bloques parlamentarios para sensibilizar y legislar en favor de su protección. Su liderazgo se ha caracterizado por la búsqueda de consensos y el fortalecimiento de la democracia, enfrentando desafíos con resiliencia y una visión clara de servicio público.
Ahora le toca enfrentar el inmenso reto de tomar las riendas del país y de lidiar con un nivel de delincuencia nunca visto en el país. Además, conducirá el país durante las próximas elecciones presidenciales que serán las más complicadas de los últimos años.
En el Congreso hay unanimidad respecto a que la gestión de Jeri debe ser acompañada por un gabinete de ancha base que pueda mantener la economía a flote y combatir con mano dura la delincuencia.

Las sombras de su ascenso

Pero el nuevo presidente no llega libre de controversias.
En enero de 2025 fue denunciado por una mujer que lo acusó de violación sexual tras una reunión de Año Nuevo en Canta. El caso derivó en medidas de protección judicial, y un informe psicológico que hablaba de “impulsividad y conducta sexual patológica”.

Jerí negó los cargos y los calificó de “maniobra política”. En agosto de 2025, la Fiscalía Suprema archivó la investigación, pero el episodio dejó una marca imborrable. “Que un denunciado por violación presida el Congreso es una vergüenza nacional”, dijo entonces la congresista Susel Paredes.

Durante su paso por Presupuesto, una empresaria lo señaló además por presuntos cobros irregulares —una coima de 150 mil soles— para favorecer proyectos regionales.
La denuncia nunca prosperó judicialmente, pero la bancada Alianza para el Progreso (APP) exigió explicaciones y pidió levantar su secreto bancario.

Jerí negó los hechos y los atribuyó a “una operación mediática”, aunque el episodio fortaleció su fama de operador.

También enfrenta una investigación por desobediencia a la autoridad por presunto incumplimiento de medidas judiciales derivadas del caso civil de Canta.

Pese a ello, sus aliados del Congreso lo blindaron, argumentando que ninguna de las causas había concluido con condena.

Hace pocas horas, una nota de CARETAS dio cuenta de un sospechoso y millonario cambio en la contratación de los seguros médicos para trabajadores del Congreso. Esa historia recién empieza.

El hombre del consenso funcional

En el hemiciclo, Jerí se ha caracterizado por un discurso formalmente institucionalista, pero de fondo transaccional. Su elección como presidente del Congreso fue posible gracias al voto conjunto de Fuerza Popular, APP, Acción Popular, Avanza País, Perú Libre y Somos Perú —una coalición impensable en otro contexto.

Esa transversalidad pragmática lo convirtió en el vehículo perfecto de las bancadas que hoy controlan el Parlamento y que prefieren un presidente manejable a uno confrontacional.

Si algo une a los últimos jefes de Estado del Perú es la falta de legitimidad de origen.
Jerí asume con ese mismo lastre, agravado por sus antecedentes judiciales y la percepción pública de que el Parlamento ha cerrado filas para controlar el Ejecutivo.

Su primera tarea será formar un gabinete que ofrezca estabilidad y continuidad institucional, pero las bancadas que lo llevaron al poder ya preparan su cuota.

Fuentes del Congreso anticipan que su gabinete podría mantener el tono conservador de Boluarte, con figuras provenientes de APP y Fuerza Popular en carteras clave como Economía e Interior.

Un país atrapado en su propio ciclo

Con la llegada de José Jerí a Palacio, el Perú suma su octavo presidente en menos de una década.

El país se encamina a un nuevo interregno, gobernado por un Congreso que devora a sus propios aliados, y encabezado por un mandatario cuyo principal activo no es el respaldo popular, sino la aritmética parlamentaria.

A los 38 años, Jerí encarna la paradoja de la política peruana: un presidente sin votos, sin partido sólido y con causas pendientes, llamado a encabezar un gobierno transitorio que podría durar menos de un año.

Su destino dependerá menos de su discurso que de su capacidad para sobrevivir a los mismos que lo pusieron ahí.