Sicario de 14 años atacó a tiros al precandidato Miguel Uribe; confesó que lo hizo por dinero para su familia. El político sigue en estado crítico.
Un adolescente de apenas 14 años fue capturado tras disparar contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay durante un mitin político en el barrio Modelia, Bogotá. El menor, quien usó una pistola Glock, confesó que actuó como sicario a cambio de dinero para su familia. El ataque dejó a Uribe con dos disparos en la cabeza y uno en la pierna. Su estado de salud es crítico. El atentado, que recordó los métodos del narcotráfico en los años de Pablo Escobar, ha conmocionado a Colombia.
El ataque en pleno mitin político
El sábado 7 de junio de 2025, Miguel Uribe Turbay —senador del partido Centro Democrático y aspirante a la presidencia— fue atacado por la espalda mientras hablaba en un parque de la localidad de Fontibón. El agresor se infiltró entre la multitud y le disparó a quemarropa. El ataque lo ejecutó un menor de 14 años, quien fue capturado tras intentar huir, herido en una pierna, por el esquema de seguridad del político.
El joven usó una pistola Glock semiautomática. Los disparos hirieron a Uribe con gravedad: dos impactos en la cabeza y uno en el muslo izquierdo. Fue trasladado de urgencia al Centro Médico Engativá, y luego a la Fundación Santa Fe, donde neurocirujanos lo operaron. La clínica reportó que su estado “reviste la máxima gravedad”.
“Lo hice por plata, por mi familia”
Durante la captura, el adolescente confesó su motivación ante testigos y cámaras de seguridad: “Lo hice por plata, por mi familia; perdón, lo hice por plata, por mi familia”. La frase, repetida insistentemente, marcó el tono del caso. El menor vive con una tía materna en Villas de Alcalá, Engativá, ya que su padre está en Polonia. Su tío, conductor de Uber y quien lo acompaña en la clínica, confirmó ante las autoridades que el joven fue reclutado bajo la promesa de una alta suma de dinero.
Las autoridades aún no identifican quién lo contrató ni cómo se coordinó el atentado. Tampoco han encontrado su celular, pieza clave para rastrear a los determinadores del crimen. Las palabras del joven sobre “entregar números” están bajo análisis de la Fiscalía.
Investigación sin respuestas
El ataque ha desatado una ola de preguntas que el Estado aún no logra responder. El director de la Policía Nacional, general Carlos Fernando Triana, aseguró que la operación para dar con los autores intelectuales no se detendrá. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, prometió que “no habrá espacio para la impunidad”. El Gobierno anunció una recompensa de hasta 3.000 millones de pesos (cerca de 729.000 dólares) por información que permita ubicar a los responsables.
Sin embargo, hasta ahora no hay ninguna hipótesis oficial sobre cómo se planeó y ejecutó el atentado. La Fiscalía trabaja con unidades especializadas para recopilar evidencia física, analizar los antecedentes del menor y judicializar a quienes lo usaron como sicario.
Infancia sin futuro: el sicario como síntoma
El caso ha golpeado la conciencia colectiva no solo por la violencia política, sino por el uso de un menor de edad como sicario. Este fenómeno, que recuerda los peores años del narco en Colombia, desnuda la desigualdad y vulnerabilidad que persiste en los barrios populares. Un adolescente sin padres presentes, reclutado con promesas de dinero, expone el fracaso estructural del Estado para proteger la infancia y evitar que la pobreza sea reclutada por el crimen.
El senador Uribe sigue en cuidados intensivos. Su esposa, María Claudia Tarazona, confirmó que “está luchando por su vida”. Mientras tanto, Colombia asiste con horror al uso de menores para perpetrar asesinatos políticos, en un escenario donde la impunidad sigue marcando el ritmo de los atentados.