Los damnificados aseguran no haber recibido ningún apoyo de las autoridades.
Chepén soportó dos aluviones, uno del jueves 9 de marzo y otro la madrugada del domingo 12, el huaico que cargó toneladas de lodo y piedra arrasó a su paso con más de 20 viviendas de este distrito liberteño, dejando sus bienes literalmente sepultados. Afortunadamente pudieron reaccionar a tiempo, salieron de sus casas a penas con sus ropas puestas, evitando daños humanos.
Sin embargo, han pasado 7 días y los damnificados aseguran que las autoridades no llegan para asistirlos en sus necesidades básicas, como la limpieza de sus viviendas para poder recuperar sus bienes, la estimación de los daños para su reconstrucción y la ayuda para poder pasar al menos los próximos días.
Una de las afectadas es la familia Vélez. Llevan 4 días tratando de recuperar sus bienes como artefactos, muebles, alimentos y otras pertenencias que quedaron bajo tierra, pero poco pueden hacer cuando la casa está cubierta por alrededor de metro y medio de lodo. En una de las habitaciones a penas se puede ver parte de la cabecera de una cama sepultada.
Víctor Vélez, hijo de la dueña de casa no deja de llorar mientras escarba para poder sacar algo que pueda ser recuperable. “Por el momento estamos sacando nuestras cosas con nuestras fuerzas porque nadie llega de las autoridades, nos hemos quedado en la calle”, dijo sollozando.
Testimonios como el de la familia Vélez son el común denominador, todos los damnificados aseguran que pese a haber pasado una semana de la desgracia, no han tenido ningún apoyo de las autoridades locales ni nacionales. Mientras tanto sólo les queda pernoctar en carpas improvisadas con plásticos y alimentarse de la caridad de sus vecinos.
Con la solidaridad del barrio, Irma Portal Huamán, construyó una carpa de plásticos y con un colchón que le regalaron pernocta junto a sus dos hijas y nietos. “Los vecinos son los que nos han dado esta carpita, porque las autoridades vienen se toman fotos, dicen que nos van a apoyar, que ya van a mandar máquinas y hasta ahora nada”, señaló.
Para Juan Carrasco, otro de los afectados lo único que saben de la presidenta Dina Boluarte es que, junto al gobernador regional de La Libertad, César Acuña, sobrevoló la zona afectada en un helicóptero. “Los problemas se solucionan in situ, no en el aire, volar en un helicóptero y mirar es muy bonito, pero en el sitio es diferente; ahí se ve las necesidades reales del pueblo” criticó.
En una de las casas que ha sufrido menos daños, cinco bebés recién nacidos y 16 niños menores de 13 años pernoctan, tratando de comer de ollas comunes y recibiendo la ayuda más urgente, pero las madres que apoyan en el cuidado de los pequeños requieren leche, pañales y alimentos para sus madres, porque temen podrían enfermarse ante la precaria situación que pasan.